miércoles, 29 de abril de 2009

La burbuja de los tulipanes

Venía hace un momento oyendo la radio y estaban comentando que Fernando Trías de Bes (sitio web) ha recibido un premio por un ensayo llamado El hombre que cambió su casa por un tulipán, un caso ocurrido en Holanda a principios de siglo XVII, solo hace 400 años y que se considera el primer caso de burbuja económica.

Lógicamente, en cuanto me he puesto delante del ordenador he buscado alguna información mas, asi que rescato fragmentos de La burbuja de los tulipanes, una entrada de El Blog Salmón publicada en 2005:

Los tulipanes llegaron a Europa Occidental a finales del siglo XVI, y en un principio no eran demasiado populares (ya que en su estado natural no es una flor especialmente atractiva). Sin embargo, tras verse afectadas por un virus, empezaron a surgir una gran variedad de colores y una forma, irónicamente, más agradable, lo que provocó un creciente interés por ellos.

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En la década de 1630, el panorama se volvió enloquecido, con un mercado de los tulipanes cada vez más activo. Los precios ascendían sin parar, alcanzando cifras desorbitadas

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En esta situación, generalizada en todo el país, se generó la ilusión de que siempre se ganaba en el mercado del tulipán. Independientemente de a qué precio se comprara, alguien siempre estaría dispuesto a pagar más. Gentes de todas las clases se lanzaron a comprar bulbos de tulipán, deshaciéndose de sus bienes más básicos, con la esperanza de revenderlos obteniendo un beneficio.

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Sin embargo, en algún momento a principios de 1637, algunos de los especuladores detectaron signos de agotamiento del mercado (por vez primera no se vendió una colección exclusivísima de tulipanes), y decidieron que era buen momento de vender y salir del mismo con sus ganancias. Esta actitud se contagió rápidamente y el pánico se apoderó del país. Quienes tenían bulbos en esos momentos, adquiridos a precio de oro, se encontraron sin compradores. La situación no era mejor para los que habían comprado mediante un contrato de futuros: se veían obligados a comprar a un precio que ya no era el de mercado.

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La explosión de la burbuja dejó, como siempre ocurre, vencedores y vencidos. Vencieron aquellos que se salieron justo antes de la explosión, acumulando grandes beneficios. Perdieron quienes habían liquidado su patrimonio para especular con bulbos y al final se quedaron con tulipanes y sin casa. Y perdió el país, que durante años se vió sumido en una importante depresión económica.


No sé de que me suena la situación. ¿No hemos aprendido nada en 400 años?. Según comentaba el autor (que imagino se extenderá mas en el libro sobre este tema) el problema es que cuando las cosas van bien y todo el mundo gana, nadie -y menos aún los políticos- quieren tomar medidas que pueden ser impopulares.

Lo mas gracioso en la entrada original es el primer comentario de un lector, del 11/Mayo/2006:

jejejeje, me gustaría que pasara lo mismo con los pisos en España y los malditos especuladores se fueran al carajo.

Pero claro, un piso es un bien básico de primera necesidad, y un tulipán no :-)